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El equipo de trabajo del cantautor Chico Benítez, se place en anunciar el lanzamiento de su más reciente pieza musical titulada ‘Palestina”. En este sencillo musical, resistencia y esperanza convergen armoniosamente, articulados en un discurso que trasciende lo meramente musical para situarse en el terreno de lo político y lo humano, exponiendo la herida colectiva de un pueblo y la necesidad de visibilizar su dolor, transformando de esa manera su inspiración en un acto de memoria y solidaridad.
Consciente de su rol y de las posibilidades de la música como canal de denuncia, Chico Benítez palabra en ristre dispara a nuestras conciencias, puntiagudos y solidarios versos en ritmo de nueva trova, echando mano de imágenes profundamente simbólicas: la kufiya, la aurora, la resiliencia, como metáforas de identidad y renacimiento, proyectando la idea de que, aún en medio de la devastación, la cultura y la esperanza se convierten en armas de resistencia. Por otro lado, el tema se viste de intimidad y de modernidad con la participación de Raidee, en la composición y ejecución de un interludio rapeado con propósito, que respeta el pulso de la pieza musical sin desplazarla de su esencia, sirviendo -además- como voz viva y continuada de la denuncia que Chico Benítez hace suya en su lírica.
El contraste ofrecido de voces: melódica (Chico) y firme (Raidee), suave y poético (el primero) firme y directa (la segunda), encarnan juntos, la memoria y el presente, la reflexión y la urgencia de acción, un espacio emocional que se convierte en discurso. Por cierto, Raidee, nombre artístico de María Laura Benítez Merle, es una joven artista emergente y sangre (hija) de Chico Benítez, quien hereda y demuestra -aquí- aquello de que ‘de raza le viene al galgo’.
“Palestina”, interpretada e inspirada por Chico Benítez, psiquiatra y cantautor oriundo de Guayama (Puerto Rico), se inscribe en la tradición de la neo trova puertorriqueña como vehículo de conciencia social. No es azar que Benítez provenga del mismo pueblo que vio nacer a Catalino “Tite” Curet Alonso, uno de los más grandes compositores de la música caribeña, con quien compartió amistad. Esta coincidencia geográfica y afectiva sitúa a esta pieza en una genealogía de artistas comprometidos con la denuncia y la memoria, donde la música se convierte en un espacio de resistencia cultural y ética.
Para la ocasión, Chico Benítez cuenta con algunos de sus cómplices musicales, como es el caso de Javier Ocasio (bajo), George Morales y Eliud Velázquez (percusión) y Michael González Ríos (guitarra), pero invita a Falú Quilombo (teclados), MJ Morales (guitarra) y al gran William Cepeda (trombones), quienes brillan bajo la dirección del ingeniero y productor Francisco ‘Kiko’ Hurtado (productor e ingeniero) y el involucramiento del maestro Julio ‘Gunda’ Merced como coproductor.
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