UNA EVOLUCIÓN DEFINITIVA DEL MOVIMIENTO QUE FUNDÓ, FUSIONANDO POP, ELECTRÓNICA Y URBANO EN UN VIAJE SONORO SOBRE LA VULNERABILIDAD Y LA FUERZA A TRAVÉS DE 14 TEMAS
Bajo el cielo eléctrico de la escena musical, una fuerza argentina está forjando su propio universo sonoro: Taichu, nombre que resuena con fuerza en los circuitos urbanos internacionales, da su golpe más definitivo con el lanzamiento de su nuevo álbum, HOTCORE. Este trabajo es la cristalización de un movimiento cultural que ella misma fundó, un ecosistema donde conviven la euforia y la herida, la máscara y la vulnerabilidad. Llega en un momento culminante para la artista, quien además celebró su primera nominación al Latin GRAMMY® este año en la categoría Mejor Interpretación Electrónica Latina por su colaboración “Ella Quiere Techno” junto a Imanbek.
HOTCORE se presenta como la evolución natural de su primer álbum, RAWR, y la celebración final de un concepto que trasciende la música para convertirse en una intención, una identidad. “HOTCORE para mí es un punto de quiebre”, comparte Taichu. “Bajé un poco la coraza y dejé que se escuchen otras cosas que también soy… Este disco marca un crecimiento, una madurez. No se trata de sacarme la coraza, sino de saber cuándo usarla”. Esta filosofía impregna cada rastro del álbum, explorando la dualidad de encontrar brillo en la oscuridad y oscuridad en el brillo. Es la expresión de una artista que se mueve entre el exceso y la sensualidad, dándonos al mismo tiempo fuerza y fragilidad, y las vibras de un ángel caído y una bad bitch.
El viaje sonoro de HOTCORE se inicia con “P.O.V”, un primer corte que funciona como un manifiesto perfecto. La canción representa la dualidad que habita en Taichu, mezclando un coro de innegable vocación pop con segmentos hard y electrónicos, creando una estructura que desafía lo convencional pero que sigue siendo profundamente pegadiza: “siento que es la mezcla perfecta entre dos mundos que me representan desde el primer día”, dice la artista. Luego, “Diva” muestra su faceta “más hard, dura, áspera, enérgica y contundente”, como ella misma lo describe, en una producción abrasiva. La nostalgia toma un cariz diferente en “Vicios en Vice City”, una pieza que habla del amor, los excesos y el vacío que a veces dejan los vicios, todo ello envuelto en una atmósfera que evoca recuerdos en modo flex.

La intensidad emocional se profundiza con “IA v5”, donde ella canta sobre un amor explosivo y masoquista que duele y atrae al mismo tiempo, y con “Dnd estás”, un tema rescatado de sus inicios, y que habla de perderse a uno mismo en la búsqueda de alguien más. Uno de los momentos más esperados es “Los Angeles”, su segundo sencillo, donde adapta la esencia de una bachata a los códigos hotcore, creando una balada urbana cargada de vulnerabilidad y miedo a volver a abrirse tras una herida. La comunidad y la amistad se celebran en “Freak Match”, una oda a esos seres que encuentran y aceptan nuestra peculiaridad: “cuando encontrás familia en tus amigos”, como explica la artista.
El álbum también destaca por colaboraciones estratégicas. “Weapon”, junto a Sadboii, nace de una sesión espontánea en la que Taichu se sintió como “un arma de fuego”, mientras que “Shine Club” cuenta con la aclamada CoucouChloe en un frenteo divertido y electrónico que es un verdadero escándalo en el mejor sentido, como ella misma exclama. “Castigo”, un dembow deconstruido, lleva años generando una conexión especial con su público en los directos y finalmente tiene versión de estudio. Y en “QQ”, la colaboración con Rojuu se transforma en una fiesta hedonista, una versión hotcore que promete encender los escenarios. El álbum cierra con “Pulso”, quizás la canción más personal y conmovedora, donde Taichu enfrenta una experiencia límite entre la vida y la muerte con una interpretación teatral y desgarradora. “Me costaba tanto sentarme a componer esa letra”, confiesa, “me la pasé llorando mientras la terminaba, pero me sentía fuerte de quebrarme así en una canción”.
Como un todo, HOTCORE es un viaje auditivo impecable. Es un disco que no teme a la contradicción, que abraza el pop para luego destrozarlo con un beat agresivo, que juega con la sensualidad de un ritmo bachata y la frialdad de una base industrial. La producción, liderada por Luigi Navarro en la mayoría de los temas, es un personaje más en esta narrativa, creando paisajes sonoros que son a la vez sucios y brillantes. Este segundo álbum promete convertirse en un organismo palpitante que refleja la verdad multifacética de su creadora, y también en la confirmación de un universo que ya tiene legión de seguidores, un espacio donde la fragilidad es una forma de fuerza y donde cada grieta brilla con luz propia. La intención, al fin y al cabo, está en el oído de quien lo escucha.
SOBRE TAICHU
Taichu es una de las voces más disruptivas y magnéticas de la nueva escena urbana argentina. Desde sus primeros lanzamientos como “Luxury”, “WHO” y “Water”, se abrió paso con una mezcla única de rebeldía, sensualidad y vulnerabilidad. Con más de 800 mil oyentes mensuales, 52 millones de views y una comunidad de más de 400 mil seguidores, su impacto digital refleja lo mismo que transmite en el escenario: una energía intensa, impredecible y profundamente emocional. Su recorrido incluye festivales como Lollapalooza, Coca-Cola Flow Fest y Buenos Aires Trap, además de colaboraciones con artistas como Lali, Skrillex y Saramalacara. Ícono de una generación que celebra la fuerza y la fragilidad por igual, Taichu se consolida como una figura esencial del nuevo sonido latino y como la fundadora y embajadora de un movimiento cultural propio.
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